FANZINE


LA ALTERNATIVA PIURANA

LA ALTERNATIVA PIURANA o cultura subterránea, no tuvo a un trinchudo, corte mohicano, megáfono en mano y arete en la ñata, invitando a la fiesta; tampoco lo entrevistaron en la tele, en la radio o en los periódicos, tal vez por no ser glamorosos de la tía empoderada. Se supo de su existir cuando ciertos afiches amanecen pegados en postes y paredes, invitando a ritos de punk y acero frikeando de sobremanera a los rockeros con más de treinta cheques en el espinazo porque habituados al pop hippie los nombres de las bandas en los carteles, no los han escuchado en sus putas vidas y, ni rascándose la cabeza como si tuvieran piojas y piojos, interpretan ni valoran el toque gótico, bizarro y barroco de los artes gráficos creados por y para para un sector demográfico muy importante que circula ente la pubertad y la adolescencia. Esos churres que ayer corrían apurados a esos festejos provenían de barrios sub urbanos y familias proletarias full chamba. Vistiendo pantalones más debajo de la cintura y perneras rotas, minis de dril azul, ombliguitos al aire con zarcillos en la lengua, ojos góticos, peinados emos o punkis, empezaron de cero, o sea, no contaban con equipos propios ni estructuras, pero, sacan su sencillo para alimentar al rock n 'roll como a pirañas en una pecera. Autogestión la llaman.

Fuente: Miguel Almeida Saldarriaga

LA HORDA METALL PIURA

LA HORDA METALL PIURA, fue el nombre que kerubines neo hippies de izquierda romántica, pusieron a su logia y desde ahí financiaron sus Atakes Metall y Las Tocadas Subtes, los primeros quilombos perpetrados en los domicilios de Pepe Zurita, Urb. Bancaria y Juan Carlos Campos Ortega, ' Campitos', Av. Country/Sánchez Cerro, cerca del Mercado Modelo y la comisaría, donde, a todo aquel que ascendía a las alturas celestiales de la azotea, debía zamparse por el gaznate un buen sorbo de kanú rebajado con caña ayawakina.
En el 19xx?, el frenesí es trasladado al local del Sindicato de los Textiles, Av. Loreto, cerquita de donde descansan los muertitos. Al respecto Fernando Infante, baterista de Distorsionada Realidad habla de concordancias ideológicas La Horda antisistema encontró en los líderes del sindicato todo el apoyo y espacio que otras instituciones les niegan. Única condición: cero drogas y alcohol. Afuera, los curiosos se detienen a ver el espectáculo de sonido y luces; miran el "pogueo" y escuchan una música que no cuadra en sus calaveras, y se preguntan si acaso es la humanidad la que no entiende a la juventud o es la juventud la que no entiende a la humanidad, mientras los dirigentes atentos evitan cualquier desmán y en ocasiones salen a defenderlos de la policía, serenos y vecinos que los alucinan demonios en cuerpos de muchachos.

Fuente: Miguel Almeida Saldarriaga

ENGENDRO

Justo, cuando el murmullo se hizo agitación y los impacientes chibolos decían uufff nasalmente, trepaba al escenario ENGENDRO, una agrupación compuesta por tres muchachos más conocidos por sus alias que por sus nombres: La Traza, Pelucas y ¿Zutano? que fueron recibidos con aplausos y silbidos de alegría. En medio del bullicio, el bautizado por no se sabe quién como Pelucas, soltó una punzante nota excesivamente alta que electriza y jode, pero que excita a la Horda.

Fuente: Miguel Almeida Saldarriaga